¿Preocupado o agobiado? La ansiedad tiene muchas caras. Puede que tengas miedo a las alturas, a la oscuridad, a la soledad, a hablar en público, etc. Es posible que tu miedo provenga de una autoestima baja o de que no hayas aprendido a gestionar la ansiedad. En cualquier caso, si aún no has logrado superar tu ansiedad y te gustaría llevar una vida con más fluenting, necesitas ponerle freno ya.
Cómo reducir tus miedos
La ansiedad mal gestionada, se apodera de ti hasta paralizarte. El miedo desbocado lo arrasa todo. Hasta el punto de impedirte llevar una vida armoniosa. No sigas evitando tus miedos, afróntalos. Ignorar la ansiedad solo puede hacerte más infeliz o causarte un ataque de pánico. A largo plazo, hará estragos en tu organismo o destruirá a los tuyos.
10 pasos para combatir la ansiedad y el miedo:
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Observa tu ansiedad
¿A qué tienes miedo? ¿Qué temes perder? Quizás tienes mil cosas que hacer y no sabes cómo llegar a todo. Es posible que te sientas desbordado y que no sepas por dónde empezar o cómo gestionar tu tiempo. Tu ansiedad podría surgir por algo más profundo: ¿tienes miedo de ser un mal padre? ¿Desconfías de ti mismo? ¿Crees que te falta el coraje?Tu ansiedad te está contando algo, escúchala. El miedo te alerta del posible dolor que se avecina. No lo niegues, ni mires hacia otro lado, o crecerá. El miedo es una emoción poderosa relacionada con el futuro. Sentimos miedo ante lo que aún no ha pasado.Toma conciencia del presente, de que aún no ha ocurrido eso que temes. Puedes prepararte y hacer algo al respecto. Es posible que al principio este ejercicio te resulte un poco incómodo, pero lo agradecerás. En cuanto explicites tus miedos, verás que aún no han sucedido, y mejorarás tu relación con ellos. -
Respira profundamente
Respirar hondo te pone a tierra. Inhala el aire muy despacio mientras cuentas hasta 10. Cuando ya no puedas coger más aire, suelta el aire en otros 10 segundos muy despacito. Después de unos minutos respirando conscientemente, la ansiedad irá reduciéndose y te sentirás más tranquilo. La respiración agitada o contenida informa a tu cerebro de que hay un peligro y debes luchar o huir. Por el contrario, una respiración profunda y relajada señala al cuerpo que todo está bien. -
¿Es tu miedo por algo real o imaginario?
A veces, le das tantas vueltas a la cabeza que acabas temiendo algo que ni siquiera es probable. Reconoce cuándo tu miedo está fuera de lugar. Si alimentas pensamientos negativos, puedes obsesionarte sin sentido. Si estás haciendo gigantes de molinos de viento, prueba a seguir exagerando tu miedo hasta que lo veas ridículo. Usa mejor tu imaginación, mete tus miedos en una cajita de cerillas simbólica para tenerlos controlados. -
Un paseo agotador
Un psicólogo me dijo una vez que ante las preocupaciones, me diera un paseo agotador… de esos que luego no puedes ni moverte. Al principio me pareció una chorrada y no me lo creí. Pero cuando tuve un mal día, lo probé, estuve toda la tarde caminando sin parar. Mano de santo. Llegué a casa rendida, sin energía para preocuparme.El ejercicio fortalece el sistema inmune y aumenta las endorfinas, provocando sensación de bienestar.
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Ayuda a los demás
Centrando tu atención en el presente, en necesidades reales y problemas actuales olvidarás tus temores. Ayudando a alguien durante unos minutos, tu atención estará enfocada en dar lo mejor de ti, en alimentar sentimientos positivos que te conducirán a superar la ansiedad, el miedo y a hacer lo correcto. -
Reencuadra
Repite este mantra: “La ansiedad solo es emoción”. Este nueva forma de verlo lo cambia todo. Las personas que interpretan su ansiedad como información útil, en lugar de pensar que son sentimientos malos, encuentran mejores respuestas para afrontar sus retos. -
Felicítate
Lo más curioso del miedo es que aparece cuando aún no ha llegado el peligro, y cuando llega, ya no hay miedo porque estás ocupado afrontándolo. Ahora estás a salvo. Puedes afrontar el presente momento a momento. Estás haciendo las cosas bien. El peligro no es tan inminente, no hay ningún león persiguiéndote, etc. -
Distánciate
Imagina que no se trata de tu situación, sino que estás viendo una película en la que sucede todo esto. Los toros se ven mejor desde la barrera. Piensa “no es para tanto; puedo lograr lo que me proponga”. Has salido de cosas peores; después de todo, puedes afrontar esos miedos. Imagina que, a pesar de sentir miedo, haces lo correcto y ganas coraje pase lo que pase. También te ayudará imaginar que han pasado 10 años y que estás viendo la situación desde el futuro. -
Acepta totalmente el miedo y la ansiedad
Las emociones negativas aumentan cuando intentamos resistirnos a ellas. No intentes reprimirlas o negarlas. Acepta cómo te sientes y deja que te afecte. Una vez que has aceptado total y libremente tus miedos, pregúntate: ¿qué tiene de positivo que este sentimiento? ¿Qué podría hacer ahora? -
Recuerda quién eres
Si dejas que el miedo se apoderé de ti, probablemente lo estás alimentado tú solito. En lugar de enfocarte en lo que no quieres, piensa en tus valores; en lo que sí quieres y de verdad te importa. Recuerda quién eres. Puedes aumentar la confianza en ti mismo. Piensa por qué y por quién merece la pena tener coraje. Prepara un frase que te ayude a romper el círculo vicioso que te mantiene intimidado.No importa que para los demás no tenga sentido. Por ejemplo, cuando tengo que afrontar un miedo, me ayuda mucho pensar: “soy una vikinga”. Esta frase me ayuda porque me cuesta mucho imaginarme un vikingo cobarde… (y que no sea pelirrojo, jeje). Así que cuando el miedo me paraliza, pienso que soy una vikinga y actúo sin pensarlo dos veces. ¿Qué frase crees que te impulsará a ti a actuar?
El truco japonés que reduce el miedo en menos de 5 minutos
El “más rápido todavía” se consigue con la técnica japonesa Jin Shin Jyusu. Se trata de una forma de acceder a la propia capacidad del cuerpo para curarse mediante la armonización y el equilibrio de sí mismo.
Esta técnica sostiene que se puede gestionar la energía de nuestro cuerpo a través de los dedos. Es muy fácil y rápido. Todo lo que necesitas hacer es mantener un dedo de la mano (izquierda o derecha) con la otra mano. Es una manera de sentirte al instante más cómodo y en control.
- Para reducir la preocupación y depresión mantén tu pulgar durante unos minutos con la otra mano.
- Para reducir el miedo y la autocrítica agarra tu dedo índice.
- Para reducir la ira y la irritabilidad agarra tu dedo corazón.
- Para reducir la tristeza y el dolor agarra tu dedo anular.
- Para reducir la ansiedad coge tu dedo índice.
Cuanto más tiempo y con más frecuencia sostengas tu dedo, más eficaz será.
Vencer tu miedo depende de ti
Ciertos niveles de ansiedad son normales, incluso aceptables. Te recuerda que estás vivo. Sin embargo, si crees que tu miedo empieza a dominarte, prueba estos trucos rápidos que acabo de darte.
Te pondrán a tierra en cuestión de minutos. Alimenta pensamientos constructivos y pon la imaginación a tu favor para vencer a tus gigantes. No niegues tus miedos, pueden llegar a provocarte enfermedades mentales y físicas.
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Diana Yárez
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