Lo has intentado mil veces. Pierdes unos kilos, pero luego los recuperas rápidamente. Cada vez te sientes con menos energías y más ganas de comerte el frigorífico entero… y no por hambre, sino por ansiedad. Crees que lo has probado todo.
Saber cómo adelgazar es relativamente fácil, lo difícil es llevarlo a la práctica. Además, cada vez te cuesta más quitarte los kilos de encima. La teoría es fácil: “dieta sana + ejercicio + constancia”… Claro. ¿Y qué pasa en la práctica? Pues que de lunes a jueves es relativamente fácil hacer de tripas corazón. Pero de viernes a domingo sientes que te mereces un premio. ¿Acelgas en sábado? ¡y una leche!… Me merezco un homenaje.
El “homenaje”
El premio no es ni más ni menos que una alegría pal’ cuerpo. Un refuerzo por lo bien que lo has hecho esta dura semana. Acto seguido encargas un pollo asado o haces una buena barbacoa con sus chuletas y sus chorizos. Después terminas el festín con un dulcecito y dices: “el lunes empiezo con la dieta. Esta vez en serio”
¿Echas de menos tus abdominales? Es posible que quieras volver a “tu peso de siempre” y que hayas iniciado varias dietas con esa intención. Sin embargo, las dietas mágicas que has seguido tampoco han funcionado.
No quieres obsesionarte con el peso, es hora de hacer las cosas bien. Ya no te fías de las dietas milagro. Vas a perder peso de forma sana y sin hacer locuras. Adelgazar no tiene por qué ser una tarea interminable.
Cómo adelgazar definitivamente:
Aquí tienes 3 claves para entender por qué te cuesta adelgazar:
1. «Lo he probado todo»
¿En serio? Esta es una frase muy socorrida. Pero no hemos probado todo; es imposible. Lo que realmente quieres decir es que nada te ha dado los resultados esperados.
Sé honesto. ¿Exactamente qué has probado? Incluso es posible que hayas probado algunos métodos varias veces, pero ¿entiendes los principios de una nutrición sana? Si no funciona lo que estás haciendo, ¿por qué lo repites? Prueba algo distinto. Voy a darte una pista:
O tu dieta está mal fundamentada, o no estás siendo fiel a ella.
Si tu problema es la motivación, consíguela antes de empezar. Desarrolla el «hambre» de adelgazar antes de continuar. Si sigues dándote porrazos contra la pared, solo te harás cada vez más daño.
2. «No sé qué más hacer…»
Si no sabes qué estás haciendo mal, volverás a caer en el error. Haz de abogado del diablo. ¿Estás haciendo dieta, o te la estás saltando? ¿Haces ejercicio suficiente o buscas excusas?
Identifica dónde caes una y otra vez. Por ejemplo, si abandonas porque la alimentación sana te parece aburrida y difícil de seguir, ¿cómo puedes hacerla más divertida y fácil? Haz un plan sencillo y claro con pasos pequeños y fáciles.
Añade cada semana un hábito nuevo.
La primera semana puedes introducir verduras en todas las comidas. De momento puedes comer dulces. La siguiente semana quitas las bebidas azucaradas, etc. Poco a poco vas incorporando hábitos sanos a tu vida que te harán adelgazar.
Para saber qué estás haciendo mal aprende lo necesario sobre nutrición y ejercicio.
Muchos dicen que comen sano, pero no adelgazan. Pocos reconocen que comen fatal. Una vecina con sobrepeso me pidió ayuda. Decía que comía verduritas y cenaba ensalada todas las noches, pero seguía cogiendo kilos. Yo no sé por qué estoy tan gorda, ¡si como muy sano!
Un día fui a visitarla y descubrí el pastel (nunca mejor dicho). Su “ensaladita gigante” llevaba hortalizas, sí. Pero también le echaba, para aderezarla (y que no estuviera tan «sosa»), unos tacos de queso, buenos trozos de chorizo, mayonesa… y otras muchas delicias que ni me imaginé que se podían echar a una ensalada. Desde entonces, cuando alguien con sobrepeso me dice que come sano, me echo a temblar. Tu cuerpo no miente. Algo pasa.
No hace falta un máster en nutrición, o ser un “fiebres del deporte”. En su lugar, aprende lo básico sobre nutrición. Qué engorda más y qué engorda menos, o qué combinaciones de nutrientes te ayudan a quemar más grasa.
Con el deporte igual. Da un paseo rápido por la mañana y otro por la tarde. Cuando el cuerpo se acostumbre, añade una pequeña rutina de ejercicios sencillos. Empieza poco a poco y después añade más cantidad, así evitarás rendirte al tercer día.
3. «Tengo que conseguirlo solo»
Intenta adelgazar por tu cuenta, pero si no sabes lo que haces, prepárate o pide ayuda. No arriesgues tu salud, ni pierdas tu tiempo. Si necesitas adelgazar en serio y hasta ahora no lo has conseguido, no hace falta que lo logres solo.
La dificultad a la hora de perder peso no se mide por la cantidad de kilos que quieras perder, sino por los obstáculos que no sabes cómo superar… Y muchos de ellos están en tu cabeza.
Pide ayuda a un nutricionista. Cuando un profesional te da una dieta, pagas y te hace seguimiento todas las semanas, sueles ser más constante. Tómalo como una inversión en salud.
Recuerda a James Bond: «Nunca digas, nunca jamás»
Sustituye la expresión “no consigo adelgazar” por “no he conseguido adelgazar TODAVÍA”. Piensa en lo que te va a costar tu sobrepeso a largo plazo si no haces nada (siente el dolor). Imagina los enormes beneficios y la calidad de vida que ganarás cuando estés más delgado (siente el placer).
Cuanto más te lamentes, más tardarás en llegar a tu objetivo. Ponte ya manos a la obra. No te rindas y sigue intentádolo hasta que lo consigas. ¡Tú puedes!
¿Quieres adelgazar y mejorar tu dieta? Suscríbete a Fluenting y recibe ideas sencillas y eficaces para tu salud.
Diana Yárez
Últimas entradas de Diana Yárez (ver todo)
- Lo que Mario Bros. haría con la dieta de los puntos - 27 febrero, 2023
- Combate los síntomas de la ansiedad y véncelos - 25 febrero, 2023
- ¿Funcionan de verdad las infusiones para adelgazar? - 22 febrero, 2023