En la parte I, te comenté algunas claves para ser más auténtico. Además descubriste:
- Qué hacer cuando tu vida no te llena
- Cómo tomar decisiones que te llevan a buen puerto
- Cómo seguir tu propia senda en la vida
Hoy te ayudaré a encontrar y disfrutar tu propio camino.
No ignores tu propia historia
Interpreta los acontecimientos clave que marcaron tu vida. Así evitarás repetir los errores del pasado. Esta es una tarea que muchas personas prefieren ignorar por miedo a revivir el pasado.
Los que ignoran su propia historia se condenan a sí mismos a darse contra la misma piedra. Y peor aún, cargan sobre sus hijos la hipoteca por no haber hecho los deberes.
Si quieres experimentar una mayor satisfacción personal tendrás que aceptar primero, y superar después, las hipotecas heredadas, los errores y las carencias del pasado. Para ello necesitarás decisión y coraje. Esfuérzate por percibir las cosas tal cual son ahora.
Acepta la vida en toda su dimensión sin rechazar lo que no te gusta. Toda moneda tiene su cara y su cruz; sin una de estas caras sería falsa y de nada valdría.
Párate dos o tres tardes a describir en papel las 5 experiencias que han tenido más peso en tu vida. Identifica los patrones que se repiten en tu historia y conecta los acontecimientos clave de tu vida. Pregúntate…
¿Adónde apunta todo esto? ¿Qué mensaje positivo podría sacar?
Ten la valentía de ver tu vida con perspectiva. Busca inspiración en ella. Descubre tus raíces. Comparte esas historias con otras personas, si lo consideras oportuno. Transmíteles tus valores, tus inquietudes y date a conocer ayudando a los demás a entender qué es importante para ti y qué te propones.
Levántate y anda. No estás muerto en vida
Te sientes muerto en vida cuando tienes que sepultar tu verdadero ser; cuando sientes que para satisfacer alguna de tus necesidades, no tienes otro remedio que fingir; cuando no te paras a entender quién eres, cuáles son tus orígenes y qué es importante para ti; cuando te dejas llevar por el viento, sin goce, ni propósito, ni destino alguno; cuando te sientes descentrado, indeciso y actúas desde el miedo; cuando te escondes en tus actos porque temes lo que otros pueden pensar lo qué dirás o qué harás.
Cuando eres más tú mismo y tienes claridad, tomas mejores decisiones a pesar de los riesgos; tus acciones son más genuinas a pesar de las consecuencias.
Postergar las decisiones o no decidir es una decisión pasiva. La pasividad es lo más parecido a la muerte en vida. Una piedra o un tronco a la deriva no deciden, reaccionan ante los golpazos. Decidir te da vida y refleja tu poder humano.
Evadirte o comerte lo que te preocupa o te duele te conduce a un hábito perdedor. Tampoco se gana mucho haciendo el bestia, es decir, cuando descargas impulsivamente tu frustración o tu agobio sobre otros. La única salida viable es poner más conciencia.
Haz lo posible por identificar qué necesitas realmente y qué es lo correcto en esta situación. Es importante esforzarse por tomar decisiones constructivas que mejoren tu vida y la de los demás.
Busca a tus héroes
La violencia es el plato del día. No es noticia si no sangra o chilla. El miedo y la intimidación son una forma de control. Pero tú puedes elegir y comer a la carta. ¿Quiénes son tus héroes? ¿Cuáles son tus modelos humanos favoritos? Tu imaginación se nutre de lo que percibes. No le des comida basura.
Inspírate en tus héroes, destierra la desilusión y fortalece tu actitud. Sumérgete en biografías inspiradoras y películas que estimulen tus mejores sentimientos. Te ayudarán a salir del descontento y la desesperanza. También te animarán a apuntar más alto y con más resolución.
Puedes aprender mucho, tanto de tus héroes como de tus antihéroes. Identifica tus valores vitales. ¿Por qué son importantes para ti? Cuando los tengas claros, te impulsarán a defender tu vida y tu libertad de toda forma de tiranía.
Encuentra un porqué y aparecerá el cómo
Las razones por las que haces las cosas son más importantes, incluso, que tus aspiraciones y tus sueños.
Todos los héroes demuestran coraje. Pero, ¿quién puede tener coraje sin un porqué? Y quién no encuentra el valor cuando la causa es digna. ¿Qué padre, por mucho que tema al océano embravecido, no se lanzaría al rescate de su hija pequeña cuando se la quiere tragar la mar?
Si tu motivación es fuerte, el compromiso con tus metas y con la vida que quieres también lo será. Conecta con un gran porqué y tendrás la mitad del camino hecho.
La idea de libertad es muy atractiva para todos, pero ¿por qué y para qué quieres ser libre? Esa es la pregunta importante. ¿Qué piensas hacer con tu libertad? ¿Por qué quieres conseguir lo que te propones?
El cuerpo no sigue a la cabeza, sino al corazón. Para llegar a tu destino, lanza tu corazón por encima de tus obstáculos y el resto de tu cuerpo le seguirá. ¿Qué más quieres que no tengas ya? ¿Por qué es tan importante para ti? Como un niño, pregúntate por qué una y otra vez, indaga en tus argumentos. ¿Te convencen? Profundiza en la razón de ser de tus propósitos. Encontrarás verdadera energía para financiar tus proyectos vitales.
Aprende a conducir y lleva tu vida donde quieras
Si sientes que nunca tienes la vida que quieres, quizá venías de un lugar mucho más oscuro y abismal de lo que creías. Tal vez has hecho más de lo que crees y tienes más de lo que piensas. Mira hacia atrás y aprecia lo mucho que has recorrido. Cada uno de nosotros cumple una función vital. Tu vida no es en vano. Apréciala por un instante.
El liderazgo es la capacidad de conducir tu vida y contribuir a un mundo mejor para ti y para la gente. Es un factor clave en tu viaje a nuevos horizontes personales.
Pretender que otras personas se hagan responsables de tu vida, cuando ya no eres un crío, te hará sentir impotente. Evadir los problemas conduce al estrés crónico, al aislamiento y a ser cada vez menos capaz de gestionar los retos de la vida. No demores la acción ni eludas el riesgo de conducir tu vida. Tal vez puedas culpar a otros de tus penas, pero estarás atrapado en un ‘Fórmula 1’ que no puedes llevar por ti mismo a ninguna parte.
Otro gran peligro al volante es perderle el respeto a la carretera y a los demás. Ir por la vida descontrolado significa dar dos pasos adelante y otros dos atrás. Por supuesto, si hay dificultades irás cuesta abajo, por pura comodidad. Del mismo modo, conducir como un loco ‘tu Fórmula 1’ porque te sube la adrenalina, acabará provocando accidentes, rompiendo el coche y destrozando el viaje a todos.
Tómatelo con calma. Cuando en tu vida tengas que ir a 20 km/h., no vayas a 80 km/h. Si vas demasiado deprisa puede que nunca llegues a tu destino o que asistas a tu funeral antes de tiempo. Mira bien desde qué lugar comienzas realmente el viaje a tus sueños y hacia dónde vas. A veces uno tarda mucho en llegar a su destino porque en realidad no partía desde donde creía.
¿Por qué no te paras ahora un momento a apreciar simplemente que estás vivo? Celebra también los brotes verdes, por pequeños que sean. No te sabotees despreciando tus logros. Siente placer por cada cosita que hagas aproximadamente bien, que te acerque a tus metas o que te guste. Repón las fuerzas; te ayudará a continuar tu camino.
Quiero felicitarte por llegar hasta aquí. Te aplaudo por tener el coraje de ir a por tus sueños, por muy cerca o muy lejos que puedan estar. Gracias por ser tan raro y no rendirte en tu afán de ser y vivir mejor.
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(*) Nota: Este artículo ha sido extraído del libro de Diego Dalvera «Llegar a Todo —Cómo Fluir en Todas las Áreas de la Vida». Puedes comprarlo aquí.
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